Sientes que todo va bien.
Te encuentras en la proa del barco mientras, el aire te roza la cara y a lo lejos puedes distinguir una pequeña porción de tierra con destino a una nueva vida.
El amanecer hace de tus ojos dos destellos, mientras que el sonido del agua te inunda en una paz acogedora.
De repente, sientes como esa armonía desaparece y todo se convierte en un caos y, seguidamente piensas, por qué tuviste que coger ese barco.
Todo es tan confuso...
tan inoportuno...
que cuando quieres darte cuenta, ya estás con el agua al ras de los talones
esperando....
que todo acabe de una vez,
y que tú termines bajo los escombros y el recuerdo de ese viaje.
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