jueves, 9 de mayo de 2013

Él

No me dijiste nada. Me miraste a los ojos, me besaste y  ahí es cuando te fui reconociendo. Desde una oscura distancia las palabras caminaban mis venas y del fondo de un vago país entre la niebla retornaron canciones oídas en mis sueños. Mi corazón, temblando, te llamó por tu nombre. Tú también dijiste mi nombre entre susurros. Y se detuvo el tiempo.

Una vez, antes, antes, yo te había perdido. En la noche de estrellas, o en el alma de un verso. Una vez. No sé donde... Y el amor fue tan sólo encontrarte de nuevo.

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